Padecimientos

Miopia

La miopía es un defecto de refracción o error en el enfoque visual: las imágenes se enfocan por delante de la retina y no sobre ella, lo que dificulta la visión de lejos. Diversos estudios alrededor del mundo han mostrado la prevalencia de la miopía en la población general entre un 25 a 50%, lo cual la sitúa como una de las principales causas de ceguera reversible según la OMS.
En la actualidad casi cualquier paciente miope (solo o combinado con astigmatismo) puede verse beneficiado de una cirugía para la corrección de su defecto refractivo. Es importante que el paciente acuda a su oftalmólogo para que éste le realice una revisión exhaustiva y descarte patologías concomitantes, y además decidan en conjunto la mejor solución a su(s) ametropía(s), ya que el éxito depende de la adecuada selección sobre todo del tratamiento quirúrgico.
El método tradicionalmente empleado durante las últimas tres décadas ha sido el láser excímer (lasik, PRK o lasek), lo cual la ha convertido en un método rápido, efectivo y accesible para muchas personas alrededor del mundo. Es un procedimiento ambulatorio, no doloroso que permite una recuperación visual y una reintegración a las labores cotidianas casi inmediatas. Es la cirugía más practicada en el mundo y con los resultados más previsibles, lo cual explica la gran demanda que tiene.
Sin embargo, en pacientes con miopías altas o córneas delgadas, el láser puede no ser la mejor opción o estar contraindicado. En éstos pacientes podemos optar por realizar la corrección con una lente intraocular. Si el paciente es menor de 45 años, se coloca una lente fáquica, la cual va entre el iris y el cristalino. Ésta técnica tiene la ventaja de ser totalmente reversible, además de corregir también astigmatismos altos. La lente que se coloca es personalizada y permite una corrección exacta, asimismo es un procedimiento ambulatorio y la recuperación visual es inmediata.
Si el paciente ha comenzado con la presbicia o vista cansada, se prefiere realizar una cirugía facorefractiva, es decir, sustituir el cristalino (nuestra lente natural) por una lente intraocular con el poder dióptrico adecuado, con los mismos beneficios que ya hablamos anteriormente La principal preocupación de los pacientes, sobre todos aquellos que se someten a cirugía laser, suele ser el tiempo que permanecerán sin lentes. Siempre les explico que el monto de dioptrías que eliminamos con la cirugía es para toda la vida, lo que no podemos cambiar es la historia natural de la enfermedad, y en un pequeño grupo de pacientes (menos del 10%) ésta suele tener pequeños cambios, pero al haberse realizado la cirugía, comenzamos desde cero, de tal manera que los cambios que puedan suceder serán mucho menores. Además, que en la mayoría de pacientes se puede realizar un retoque.
Es importante la buena comunicación médico/paciente y entre ambos decidir el procedimiento que solucione mejor el problema de base. En algunas ocasiones será necesaria una combinación de tratamientos, por lo cual es importante que el paciente conozca su enfermedad y se involucre activamente en el proceso para llevar a cabo el(los) tratamiento(s) necesario(s).