Tratamientos

Cirugía Refractiva Con Láser

En la actualidad contamos con diversas técnicas para corregir los defectos de refracción: miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia.

La más conocida es el láser excímer, el cual realiza un moldeado de la córnea para permitir el correcto enfoque de las imágenes sobre la retina. Sin embargo en pacientes que no son candidatos a ésta técnica, los lentes intraoculares fáquicos o pseudofáquicos también son una opción segura y confiable.

Existen básicamente dos técnicas para la aplicación del láser excímer: directamente sobre la córnea (PRK) la cual provee la ventaja de no tener que realizar ningún corte y es especialmente benéfica para pacientes que realizan deportes de contacto; o realizar un corte y aplicarse en el estorba (LASIK) la cual provee una recuperación inmediata y muchas menos molestias.

La cirugía con láser se realiza con anestesia tópica (gotas anestésicas) en unos minutos y restaura la visión en pocas horas, de modo que el paciente puede realizar la mayoría de sus actividades habituales al día siguiente de la operación sin necesidad del uso de gafas.

Las técnicas con lente intraocular se utilizan, normalmente, en casos de mayor graduación o en los que por alguna circunstancia no puede realizarse una técnica con láser. Tienen la ventaja de poder ser reversibles, y de corregir casos extremos de miopía magna y/o astigmatismo elevados, con una lente personalizada para cada paciente en particular.

La elección de la técnica de cirugía refractiva más adecuada para cada persona depende de varios factores. En cuanto al número de dioptrías, en general, pueden operarse con láser las miopías de hasta 10 dioptrías y las hipermetropías y astigmatismos de hasta 6 dioptrías. En cuanto a la edad, pueden operarse las personas mayores de 18 años en las cuales el defecto refractivo haya permanecido estable un mínimo de 2 años.

Para mantener la eficacia y seguridad de la cirugía láser, la córnea debe cumplir una serie de características o requisitos en cuanto a la forma, curvatura, regularidad y espesor determinados. Una vez valorados cuidadosamente estos factores, y después de una exploración oftalmológica detallada, es el especialista quien mejor podrá asesorar sobre la técnica de cirugía refractiva más adecuada y segura para cada caso.